El potencial de la inulina
En tanto la estructura de la inulina que se encuentra en sus tubérculos es parecida al almidón, y cuando es consumida por el organismo humano no es digerida, debido a que no cuenta con las enzimas necesarias para su degradación, y por ello no suben los niveles de glucosa en la sangre.
La raíz de esta planta se puede comer en infinidad de platillos. Su preparación es como la de cualquier tubérculo, se cuece en agua sin ningún otro condimento. El agua se puede utilizar como té y luego de quitar la cáscara que envuelve el tubérculo se pica en cubos pequeños para combinarla y preparar diferentes platillos.
El sabor, señalan los investigadores, es peculiar, parecido a una mezcla de apio, alcachofa y jicama.
Para la tos y algo más
La Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) respalda que los tubérculos de la dalia son una buena fuente de inulina y menciona otros usos históricos que se han encontrado de la planta, por ejemplo, en Michoacán preparan un té con la raíz que se toma cuando hay tos. En Oaxaca para curar los fuegos (herpes oral) en la boca se aplica en forma local la savia o las hojas frescas.
La dalia se prescribe como remedios para tratar la tos seca desde el siglo XVI hasta la fecha; esta acción puede deberse a dos de sus componentes: el ácido benzóico del cual se han probado su actividad bacteriostática, fungicidad y expectorante, entre otras, y el eriodictiol que ha sido usado como expectorante, en el tratamiento del asma.
En 1963 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el Decreto Presidencial, emitido el por el Presidente Adolfo López Mateos, por el que se declaró símbolo de la floricultura nacional mexicana a la Flor de la Dalia en todas sus especies y variedades.