El periodo de gestación, además de ser una experiencia única, implica unos cambios físicos y emocionales que deben conocerse para tratarse de la mejor manera posible. La Asociación Navarra de Matronas ha publicado una guía de consejos para la maternidad y la paternidad.
El embarazo:
El proceso de gestación conlleva una serie de manifestaciones que transforman el cuerpo de la futura madre por completo. Es importante que, en este proceso de cambios, la embarazada adopte unas pautas y hábitos saludables para poder afrontar los cambios que le esperan con el mejor estado de salud posible.
Los cambios más frecuentes que puede experimentar la embarazada son:
-Aumento de peso de entre 9 y 12 kg. Es importante seguir una dieta variada y equilibrada, rica en verduras, legumbres y frutas, y practicar ejercicio regularmente.
-Aparición de manchas y estrías en la piel. Para evitarlo, las zonas propensas deben hidratarse continuamente, y deben prevenirse los aumentos bruscos de peso.
-Incremento del tamaño y de la sensibilidad de las mamas. Es conveniente hidratar las zonas y utilizar sujetadores de algodón sin aros.
-El sudor y el flujo vaginal pueden aumentar, así que es importante mantener una higiene continuada; es habitual tomar una ducha diaria, hidratarse frecuentemente, y no utilizar productos que contengan alcohol.
-Tendencia al sangrado e inflamación de las encías. Por ello, hay que cuidar mucho la dentadura, y limpiarla utilizando cepillos suaves.
-Las náuseas y los vómitos son comunes durante el primer trimestre de embarazo. Son producto del cambio hormonal, aunque pueden aumentar con el estrés. Los vómitos no suponen ningún problema para la nutrición de la madre y del bebé, a excepción de que se vomite toda la comida. En general, es aconsejable ingerir pequeñas cantidades de comida durante el día, y observar los alimentos para saber si producen náuseas.
-Tendencia al estreñimiento. Para evitarlo, hay que seguir una dieta rica en fibra y beber muchos líquidos.
-Incontinencia urinaria. Es ideal fortalecer el suelo pélvico mediante ejercicios.
-Aparición de edemas y varices, debido a que la sangre se estanca en la parte inferior del organismo. Evitar la ropa ajustada, los tiempos largos de pie o sentada, y el exceso de sal, puede ayudar a que estas marcas no aparezcan. Otras prevenciones pueden ser: realizar ejercicios que favorezcan la circulación, elevar las extremidades inferiores, y reposar sobre el lado izquierdo.
-Aumento de la necesidad de descansar. Son aconsejables ocho horas de sueño nocturno y una hora de reposo después de comer.
-Dejar el tabaco en caso de que se fume, y evitar el alcohol y todo tipo de drogas.
-Cambios emocionales que pueden afectar a la vida sexual. Es importante compartirlos con la pareja y tener en cuenta que las relaciones sexuales no dañan al bebé.
El parto:
El momento más esperado suele producirse entre las semanas 37 y 42. Existen tres fases en el parto:
-Periodo de dilatación: las contracciones sirven para ablandar el cuello del útero y, así, se dilate.
-Periodo expulsivo: aumento de las contracciones y ganas de empujar. Culmina con el nacimiento del bebé.
-Periodo de alumbramiento: expulsión de la placenta.
El puerperio:
Es el proceso en el que el cuerpo de la mujer empieza a recuperarse después del parto. Dura unas 6 semanas.
Justo después del alumbramiento, es fundamental vigilar la contracción del útero, la hemorragia, la tensión arterial, el pulso, y la temperatura, para que no aparezca ningún contratiempo. También, la madre debe movilizar las piernas y orinar cuanto antes. Los días posteriores, el útero sigue contrayéndose y expulsando loquios (sangre proveniente del útero), algo normal que no debe preocupar a la madre.
En cuanto a la lactancia, la leche materna contiene todas las propiedades nutritivas para el correcto desarrollo del niño. Es favorable que el bebé empiece la lactancia por él solo, de manera espontánea. Hay que tener en cuenta que la lactancia materna no tiene que doler. Si es así, es posible que el bebé no guarde la postura adecuada y no se acople correctamente.